jueves, 7 de diciembre de 2017

CARTOGRAFÍA CEREBRAL: ¿Pueden localizarse las funciones neurológicas?

A finales del siglo XVII y principios de siglo XIX, el anatomista alemán Franz Joseph Gall convenció a buena parte de los científicos de que tocando los cráneos de las personas se podían encontrar prominencias que correspondían a áreas más desarrolladas del cerebro y, que esas prominencias correspondían a rasgos de personalidad y funciones mentales fácilmente localizables y palpables. Su idea era interesante, pero sus métodos eran especulativos y faltos de rigor científico, lo que le costó la expulsión de la Academia Francesa de la Ciencia.


Uno de sus principales enemigos, Marie-Jean-Pierre Flourens, postulaba en contradicción que no había localizaciones en la corteza cerebral, sino que funcionaba como un todo, fenómeno al que llamo "equipotencialidad cerebral". Éste fue el inicio de décadas de debates sobre si era posible localizar funciones específicas en el cerebro.
Estos debates parecieron llegar a su fin en 1861, cuando Paul Broca identificó el área de lenguaje siguiendo varios casos de pacientes que perdieron esta capacidad tras sufrir infartos en una zona del lóbulo frontal. Desde entonces, durante un siglo los médicos y científicos buscaron asignar nuevas funciones a otras áreas de la corteza, realizando una especie de "cartografía cerebral". En 1909, Korbinian Brodmann propuso un mapa con cerca de cincuenta áreas corticales, que ha fungido como método de referencia para entender nuestro cerebro durante más de un siglo.
Con los años, las ciencias del cerebro han refinado y detallado este mapa, pero de forma más importante, han concluido que no existe ninguna función que pueda asignarse a un área cerebral específica: La neurociencia moderna considera que las diferentes funciones cerebrales y no resultan de la actividad de una zona particular, sino de la conexión entre las distintas áreas, que forman circuitos o redes cerebrales de gran escala . En esta visión, una determinada área cerebral puede formar parte de distinas redes, y participar en distintas funciones.
De la localización a la distribución y de regreso, esta serie de anécdotas alrededor de uno de los más importantes debates de la neurociencia nos recuerdan que nuestro entendimiento del cerebro está en constante evolución.

Breviario cerebral por Juga cerebralia.

Crédito de imagenes
Frenología: Wikipedia
Áreas de Brodmann:
Derecha - Wikipedia. Izquierda - https://estudiodelcerebro.jimdo.com/about/
Redes cerebrales de gran escala: 
Derecha - Douglass Godwin y René Marois, viapsypost.com
Izquierda - Powell, et. al.: Functional network organization of the human brain. Artículo publicado en Neuron, 2011.




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CEREBRAL CARTOGRAPHY: Can neurological functions be localized?
At the end of the eighteenth century and the beginning of the nineteenth century, the German anatomist Franz Joseph Gall convinced many scientists that touching the skulls of people, one could find prominences that corresponded to more developed areas of the brain. According to his ideas, these prominences corresponded to personality traits and mental functions that we circumscribed and localized. Although his ideas of identifiable mental functions were interesting, his methods were speculative and lacked scientific rigor, which cost him the expulsion from the French Academy of Science.

One of its main enemies, Marie-Jean-Pierre Flourens, postulated in contradiction that specific functions did not have specific locations in the cerebral cortex, but rather that the cortex functioned as a whole, a phenomenon he called "cerebral equipotentiality". This was the beginning of decades of debates about whether it was possible to locate specific functions in the brain.
These debates seemed to come to an end in 1861, when Paul Broca identified the area of language following several cases of patients who lost their capacity to write and speak after suffering strokes involving an area of the frontal lobe. Since then, for a century, doctors and scientists have sought to assign new functions to other areas of the cortex, carrying out a type of "brain cartography". In 1909, Korbinian Brodmann proposed a map with about fifty cortical areas, which has served as a reference method to understand our brain for more than a century.
Over the years, the brain sciences have refined and detailed this map, but more importantly, they have concluded that there is no function that can be assigned to a specific brain area: Modern neuroscience considers that different brain functions do not result from the activity of a particular area, but of the connection between the different areas, which form circuits or large-scale brain networks. In this vision, a certain brain area can be a part of different networks, and thus participate in different functions.
From location to distribution and back, this series of anecdotes around one of the most important debates in neuroscience reminds us that our understanding of the brain is constantly evolving.

Cerebral breviary by Juga Cerebralia.

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